Juego de Tronos - I

Normalmente cuando escribo sobre películas o series de televisión lo primero que pienso es: "¿Qué puedo aportar yo que no se haya dicho ya?", y ahí es cuando el texto va tomando forma... "A ver, hoy me toca Juego de Tronos, la serie más vista (y descargada) del momento, así que habrá que muy hilar fino". Por cierto, si no has visto aún las dos primeras temporadas mejor que no sigas leyendo... De la tercera, aunque ya haya visto el 3x01, no hay ningún spoiler, estar@s tranquil@s.

     Comencemos pues. No tuve que ser un lince para saber de antemano que me iba a gustar: soy fan absoluto de Willow (de Ron Howard, con Val Kilmer y Warwick Davis), me gustó mucho la trilogía de El Señor de los Anillos y me apasiona la historia medieval desde que descubrí de pequeño la película de Disney Robin Hood... Todo esto antes de ver o leer una sola línea sobre la serie; eso sí, en Semana Santa me puse al día visualizando las dos primeras temporadas. ¡Y vaya tela eh! Lo que no intuía era que las bíblicas Sodoma & Gomorra se iban a quedar cortas al dado de Desembarco del Rey, donde la depravación (sobre todo sexual) está a la orden del día. Y ahora por fin llega la esperadísima nueva temporada, y con ella dicen que el invierno. Mientras tanto, éste es mi humilde resumen de los hechos, a modo de un decálogo muy engatusado. Donde no desvelo que no me apasiona la fantasía para que no me llamen hereje (jejejeee):

1) Mis tres personajes preferidos son Jon Nieve (Kit Harington), Bran Stark (Isaac Hempstead-Wright) y, como no, Tyrion Lannister (Peter Dinklage, al que conocí por primera vez en la película Vivir Rodando, de Tom DiCillo), la oveja negra de la familia... ¡y menos mal!

2) La familia más odiada... los Lannister. Al actor Nikolaj Cister-Waldau le tenía visto de la mini-serie New Amsterdam, donde interpreta a un inmortal en pleno Nueva York del siglo XXI, y pensaba yo que iba a ser el prota de la historia... ¡¡¡Qué inocente soy!!! Jaime Lannister deja mucho que desear, como su "hermanita" Cersei (Lena Headey, la sensual esposa de Leónidas en 300) y su "sobrino" y aspirante al Trono de Hierro Joffrey Baratheon, el "primogénito" del rey Robert. Y ya como gota que colma el vaso está el patriarca de los Lannister, Lord Tywin Lannister (Charles Dance, el malo de El Último Gran Héroe, con el "Governator" Arnold Schwarzenegger).

3) Cosas que leí (en Cinemanía) cuando comencé a ver la serie (no sé si sin querer o queriendo): "Las 20 muertes (en la ficción) de Sean Bean (Ned Stark), entre ellas Juego de Patriotas, GoldenEye y El Señor de los Anillos". Simplemente tuve que esperar, lamentablemente, a que le cortasen la cabeza... ya que era, para mí, un secreto a voces. Sin su dolorosa pérdida, estaría entre mis tres personajes preferidos, sin lugar a dudas. ¡Larga vida a los Stark!

4) ¡Qué lío de nombres! Madre mía, qué jaleo al principio (y al final) con tantos guerreros, reinos, bastardos, consejeros y demás... Desde luego si lo hacen para que la gente se compre el DVD y lo vea una y otra vez hasta que le quede todo claro, hacen bien... pero que muy bien. Yo, de hecho, en varios capítulos he tenido que darle al Pause y buscar en Internet mapas, árboles genealógicos y toda la mandanga...

5) Otra opción son las novelas de fantasía, obra del autor estadounidense George R. R. Martin (guionista también de la serie). Con Juego de Tronos en 1996 comenzó su serie literaria Canción de Hielo y Fuego, a la que siguieron: Choque de Reyes (1998), Tormenta de Espadas (2000), Festín de Cuervos (2005), Danza de Dragones (2011)... y aún inéditas Vientos de Invierno y Un Sueño de Primavera.

6) Esta Tercera Temporada en la televisión, que comienza ya, está basada en, precisamente, el tercero de los libros: Tormenta de Espadas... y sus creadores (David Benioff & Dan Weiss), dicen que será la mejor de todas, hasta el momento, ya que hay secuencias que llevaban años queriendo hacer y hasta ahora no había sido posible. Supongo que al aumentar considerablemente el presupuesto de la serie por las buenas audiencias... todo es posible (en América).

7) ¡Menudo invento este del fuego valyrio! ¿Sabías que es invención del autor de las novelas? Obviamente guarda cierto parecido con el fuego griego, pero desde luego a mí fue el momento que más me ha sorprendido de todos, hasta la fecha, claro está... Y ése es uno de los peros que le pongo a la serie: el factor épico-sorprendente, que brilla bastante por su ausencia. La verdad es que espero (y deseo) llevarme más vuelcos en el corazón, porque sino la cosa irá perdiendo cierto entusiasmo para mí... lamentablemente.

8) Me gustó más la Primera Temporada que la Segunda. En ésta última me perdí (lo reconozco) con tantos personajes, y que las historias al final se reducían a poquitos minutos (o ninguno) por capítulo, ya que suceden tantas cosas que es muy difícil profundizar en todas. Eso creo que también se podría mejorar, aunque entonces tendrían que ser episodios de tres horas, lo entiendo (... y yo encantado, oiga).

9) ¿Qué pasará? ¿Qué pasará? Lo que está claro es que hay tres frentes abiertos: el primero la lucha a modo de guerra civil (y penal) por el Trono de Espadas y el dominio de Poniente; el segundo la pobre y bella Daenerys Targaryen y sus tres dragones (que me cae muy bien la chica, después de haber sufrido tanto) tratando de formar un ejercito allende los mares; y por último lo que hay tras el Muro y que amenaza con avanzar hacia el Sur... tanto si está vivo como si está muerto, porque parece ser que ¡este muerto está muy vivo! (la peli favorita de Rachel Green, de Friends).

10) Debo confesar que por mucha publicidad y merchandising que haya (y se haya hecho) de Juego de Tronos, mi serie preferida de estos dos últimos años es sin duda Homeland... y con mucha diferencia (abismal, diría yo: como del Muro a Desembarco del Rey ir y volver tres veces).


Y recuerda, amig@ mí@, estas palabras de una reina malvada a un hombre honorable, a punto de ser traicionado por uno de sus "amigos" en la corte: en el juego de tronos ganas o mueres.

Continuará... y hablaremos de sexo (mucho sexo) y herederos al trono (muchísimos herederos).